La reconquista , de la mano de Don Pelayo Pelayo era un noble visigodo,
hijo del duque
Favila y nieto del rey Recesvinto.

Debido a las intrigas entre la nobleza visigoda, el rey conspiró para asesinar a su padre.
ocupó el cargo de conde de
espatarios o de la guardia del rey y como tal combatió en la
batalla de Guadalete en abril o mayo del año
711.
Tras la batalla se refugió en
Toledo y, a la caída de la ciudad (
714), mientras otros escapaban a
Francia, él volvió a Asturias, supuestamente custodiando el tesoro del rey visigodo.
Las primeras incursiones árabes en el norte fueron las de
Muza entre los años
712 y
714. Entró en Asturias por el
puerto de Tarna, remontó el
río Nalón y tomó
Lucus Asturum (Santa María de
Lugo de Llanera) y luego
Gijón, donde dejó a cargo al gobernador
Munuza. Las familias dominantes del resto de las ciudades asturianas capitularon y probablemente también la familia de
Pelayo.
En el 718 tuvo lugar una primera revuelta encabezada por Pelayo (al parecer porque
Munuza se había casado por la fuerza con su hermana
Adosinda), que fracasó.
Pelayo fue detenido y enviado a Córdoba. Sin embargo,
consiguió escapar y volver a Asturias, donde encabezó una segunda sublevación y se refugió en las montañas, de
Covadonga y
Cangas, donde se mantenía la resistencia.
E el 722 D.C.
Munuza envió a un general,
Al Qama, a someter a los sublevados. Al
Qama se dirigió hacia
Bres (
Piloña), donde se encontraba
Pelayo. Éste se dirigió hasta el monte
Auseva, en el valle de
Cangas y allí,
tubo lugar la batalla de
covadonga,entre el ejército de
Don Pelayo y
tropas musulmanas, que resultaron derrotadas. Esta acción bélica se ha considerado siempre como el arranque de la más tarde denominada «
Reconquista», término que aparece hacia el
siglo X.
Gobernaba el norte peninsular desde
León un
bereber 
llamado
Munuza, cuya autoridad fue desafiada por los dirigentes astures que, reunidos en
Cangas de Onís en
718 bajo el liderazgo de
Pelayo, tomaron la decisión de rebelarse negándose a pagar impuestos exigidos, el
jaray y el
yizia.
Tras algunas acciones de castigo a cargo de tropas árabes locales,
Munuza solicitó la intervención de
Córdoba. Aunque se restó importancia a lo que estaba sucediendo en el extremo ibérico, el emir
Ambasa envió al mando de
Al Qama un cuerpo expedicionario sarraceno que en ningún caso alcanzaría ni remotamente la fabulosa cifra de 180.000 hombres dada por las crónicas cristianas.
En cuanto a las fuerzas de
Pelayo, serian poco más de 300 combatientes.
Con ellas esperó a los musulmanes en un lugar estratégico, como el angosto valle de
Cangas de los
Picos de Europa cuyo fondo cierra el monte
Covadonga, donde un atacante ordenado no dispone de espacio para maniobrar y pierde la eficacia que el número y la organización podrían otorgarle.
Allí, en 722,
se produjo la batalla (para muchos, una simple escaramuza para nosotros una
azaña digna de recordar).
La cuestión es que las tropas sarracenas fueron diezmadas, obligando a
Munuza a escapar de
Gijón, donde se hallaba en ese momento. No logró huir el gobernador musulmán dado que él y sus tropas encontraron la muerte (posiblemente junto al río
Trubia).
Un centenar de hombres comandados por Pelayo habían ocupado la célebre cueva de Covadonga, atacando desde allí a las desconcertadas tropas moras. Al
Qama halló la muerte en este lance, mientras que sus fuerzas sufrieron grandes pérdidas en su desordenada huida, al caer sobre ellos una ladera debido a un desprendimiento de tierras (muy probablemente provocado) cerca de
Cosgaya en
Cantabria, según cuenta la leyenda.
Don
Pelayo falleció en
Cangas de Onís, donde tenía su corte, en 737. Fue sepultado en la iglesia de

Santa Eulalia de
Abamia, en las inmediaciones de
Corao y próxima a
Covadonga, que él había fundado. Esta iglesia, como la
capilla de la Santa Cruz en
Cangas de Onís y la de
Sames en el concejo de
Amieva, fueron construidas en un campo donde existía un
dolmen que fue respetado.
Posteriormente sus restos fueron trasladados por
Alfonso X el Sabio al Santuario de
Covadonga.
Don Opás (
envajador moro enviado a convencer a Don
Pelayo a cambio de grandes promesas) se dirige a D
on Pelayo diciendole :
``¿
Qué resistencia has de oponer en esta cueva, cuando toda España y sus ejércitos unidos bajo el poder de los godos, no pudieron resistir el ímpetu de los
ismaelitas?.
Escucha un consejo:
retírate a gozar de los muchos bienes, que fueron tuyos, en paz con los árabes como hacen los demás."A lo que este le contesta :
``
No quiero amistad con los sarracenos, ni sujetarme a su imperio;
porque, ¿no sabes tú que la Iglesia de Dios se compara a la luna, que estando eclipsada vuelve a su plenitud? Confiamos, pues, en la misericordia de Dios,
que de este monte que ves saldrá la salud a España.Tú y tus hermanos, con
Julián, ministro de Satanás, determinasteis entregar a esas gentes el reino de los godos; pero nosotros, teniendo por abogado ante Dios Padre a nuestro Señor Jesucristo,
despreciamos a esa multitud de paganos, en cuyo nombre vienes, y por la intercesión de la Madre de Dios, que es Madre de misericordia, creemos que esta reducida gente de 105 godos ha de crecer y aumentar tanto como semillas salen de un
pequeñísimo grano de mostaza."
Don Opás, luego de oír la contestación de Pelayo, se volvió al ejército moro y dijo :
" Marchad hacia la cueva y luchad, que si no es por medio de la espada, nada podremos conseguir de él."DON PELAYO EJEMPLO A SEGUIR!! PUXA ASTURIES!!
___valkiriass asturiass___